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En este post queremos aclarar dos conceptos básicos que debes tener en cuenta a la hora de invertir en bolsa: el precio y el valor de las acciones. Aunque te puedan parecer lo mismo, se refieren a aspectos diferentes.
El precio de las acciones
Lógicamente el precio de las acciones influye en la decisión de compra. Que el inversor decida o no comprar una acción, en gran medida dependerá también de lo que esté dispuesto a gastar por ser titular de una acción. Como hemos visto en el post sobre las bolsas, qué son y cómo funcionan, el precio de una compañía cotizada viene determinado por la oferta y la demanda. Cuando cotiza en bolsa, es porque ha emitido una cantidad limitada de acciones que se comercializan en el mercado. Por este motivo, y como en cualquier otro mercado, es la ley de la oferta y la demanda la que determina el precio de una acción. Cuando la demanda de estas acciones es alta, es porque hay más compradores que vendedores y el precio aumentará. A la inversa, si en el mercado hay más vendedores que compradores, el precio de la acción tenderá a disminuir.
¿Cuándo obtiene beneficios el inversor?
Aunque pueda parecer muy evidente, no está demás abordar brevemente cuándo una acción puede generarle beneficios al inversor. Veámoslo con un sencillo ejemplo.
Digamos que has comprado acciones de Starbucks a 80$ la acción (actualmente la acción ronda los 78$), y al cabo de un año aumenta hasta los 100$, puedo decidir venderla. Si suponemos que no paga un dividendo anual, (lo cierto es que Starbucks sí paga dividendo, pero no lo vamos a tener en cuenta aquí para simplificar), y vendemos nuestras 10 acciones a 100$, habremos recuperado la inversión inicial, 800$, y además, habremos obtenido una rentabilidad de 20$ por acción. En total, habremos obtenido un beneficio de 200$ por nuestras 10 acciones, lo que equivale a una rentabilidad del 25%. En cambio, si el precio de la acción cae hasta los 60$, o bien la mantenemos en cartera hasta que vuelva a alcanzar, por lo menos el precio al que la compramos, o la vendemos asumiendo 20$ de pérdidas por acción. Habremos perdido en total 200$ de los 800 invertidos.
El valor de las acciones
Como ya hemos comentado antes, que una compañía cotice a un precio determinado en los mercados financieros no significa necesariamente que se corresponda con su valor real. La cotización lo que refleja es el precio al que se puede adquirir en bolsa una acción. En cambio, el valor de una compañía es bastante más difícil de determinar.
Diferencias entre el precio de una acción y su valor
Mientras que el precio de una acción fluctúa, es decir, que sube y baja con mayor o menor intensidad, el valor de una compañía suele presentar unas variaciones mucho menores. Hay varios conceptos que hacen referencia al valor de la compañía.
Valor contable
El valor contable o “book value” de una empresa es el que viene recogido en los libros de contabilidad. Conviene saber que cuando hablamos de valor contable nos referimos al valor neto patrimonial de una compañía, y que éste se obtiene descontando su deuda. Lo normal es que el precio bursátil de una compañía sea superior a su valor contable. ¿Por qué? Porque el valor contable no refleja aspectos que quedan fuera de la contabilidad, como, por ejemplo, unas perspectivas de negocio favorables, el valor de algunos de sus activos, operaciones especiales u otros factores como la buena gestión de una empresa. Si el precio de la acción es inferior al valor contable de la empresa, es muy probable que por una circunstancia puntual, el mercado esté infravalorando la compañía. Este ratio nos permite también establecer comparativas con otras empresas de la competencia y ponerla en contraste con sus respectivas cotizaciones bursátiles.
Valor intrínseco
El valor intrínseco de una compañía tiene en cuenta el potencial que ésta tiene de generar beneficios en el futuro. La obtención del valor intrínseco se basa, por lo tanto en una hipótesis, en unas expectativas de futuro que no siempre se cumplen. Aun así, es un dato interesante, porque cuando el precio al que cotiza la acción es inferior al valor intrínseco de la compañía, es muy probable que el título tenga margen para revalorizarse. En cambio, si el precio de la acción es superior al valor intrínseco, es probable que el título esté sobrevalorado en bolsa y que termine cayendo. En ese caso, sería una señal para vender la acción antes de que se devalúe.