Contenidos
Seguramente hayas oído hablar de los CFD en numerosas ocasiones. Muchos brokers los anuncian con publicidades agresivas por diversos canales. ¿Pero sabes qué son? En este post te lo explicamos.
¿Qué son los CFD?
Los Contratos por Diferencias o Contract for Differences, término en el que se basan las siglas CFD, forman parte de los llamados productos derivados financieros. Son un acuerdo por el cual un inversor y una entidad financiera se intercambian la diferencia entre el precio de compra y el precio de venta de un activo subyacente. Sin embargo, a diferencia de otros derivados, al completarse el acuerdo no se produce una entrega del subyacente, que pueden ser índices, tipos de interés, divisas, acciones u otros productos financieros.
¿Cómo funcionan?
El inversor en un CFD únicamente deberá aportar un pequeño margen del valor total de la transacción. Una vez se ha cerrado el contrato, el inversor obtendrá un beneficio si la diferencia entre el precio de compra y el precio de venta es positiva. En cambio si la diferencia es negativa, deberá pagar a la entidad proveedora del CFD.
¿Para qué se utilizan?
Los CFD tienen una finalidad especulativa. En este sentido, cuando el inversor cree que el activo subyacente se va a revalorizar y acierta, saca provecho de su posición, que en este caso se considera larga. Por lo contrario, si la expectativa del inversor es a la baja, adoptará una posición corta.
Riesgos de invertir en CFD
Los CFD están sujetos a un riesgo elevado, ya que son productos complejos. Por lo tanto, no son adecuados para todos los inversores. Permiten operar con apalancamiento, es decir con deuda, lo que permite aumentar el dinero que se puede destinar a la inversión. En este sentido, el inversor corre el riesgo de perder cantidades muy superiores a su desembolso inicial. Los CFD están, además, sujetos a riesgos de liquidez. Es decir, que se puede dar la situación en la que no pueda negociarse en el momento en el que inversor lo desee para obtener un beneficio o evitar pérdidas. A esto se suman unos costes y unas comisiones que varían mucho de un broker a otro y que pueden llegar a ser superiores al beneficio bruto de una operación. Asimismo, requieren de un seguimiento constante, ya que las variaciones de precio son constantes.
El apalancamiento de los CFD y las limitaciones de la ESMA
Debido a las elevadas pérdidas registradas por inversores minoristas al operar con CFD, en agosto de 2018 la European Securities and Markets Authority (ESMA) prohibió niveles de apalancamiento superiores a 30 veces. Esto quiere decir que con 10€ se puede realizar una inversión de máximo 300€ para las divisas más estables. Antes de entrar en vigor esta restricción, algunos operadores permitían niveles de apalancamiento de hasta 200 veces el dinero disponible, lo que significa que con sólo 10€ se podía invertir 2.000€. Para obtener más información acerca de los CFD y sus riesgos, tal vez te interese echar un vistazo a las advertencias de la ESMA, disponibles en la página web de la CNMV.
Los CFD, contrarios a la filosofía de Ninety Nine
En el caso de Ninety Nine, no tenemos intención de ofrecer este tipo de producto apalancado de alto riesgo, que no es para todo el mundo. Precisamente, apostamos por la sencillez, por la divulgación del conocimiento financiero y el aprendizaje a través de una experiencia en la que el cliente está acompañado en todo momento por nuestro servicio de atención al cliente. En cambio, huimos de la complejidad y niveles de riesgo elevados.